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Por qué funciona el discurso independentista en Cataluña

Daba Esperanza Aguirre un apunte interesantísimo sobre la relación entre España y Cataluña. Hablaba de la importancia de 'catalanizar España' de que los ciudadanos del resto del pais 'queriesen más a Cataluña'. Y es que, a veces, por culpa de la mala de comunicación de políticos y medios en este sentido, muchos catalanes tienen una visión distorsionada del conjunto del país y muchos españoles, hacen lo propio con sus paisanos catalanes. 
Eso es parte del problema y debería ser asumido por partidos, instituciones y medios. Pero ¿Por qué el discurso independentista tiene tanto éxito?  Veremos algunas de las claves que hacen que cada vez este asunto arrastre a más y más personas.
El mensaje de independentista es un mensaje de liberación, de lucha por un destino propio, de deshacerse de un ente opresor para decidir el futuro por uno mismo. Es complicado oponerse a algo así ¿verdad?  En el discurso se evoca a un futuro incierto pero creado entre todos, entre iguales. Por un mañana en el que los ciudadanos son los únicos dueños. Como ven, está completamente lleno de esquemas que apelan a la emocionalidad, a la racionalidad democrática y a un esquema innegablemente buenista. 
Ahora veamos el discurso tanto de Gobierno como de oposición. La consulta no se puede realizar, hay que dar un nuevo encaje al Estado, el marco de la Constitución no posibilita hacer una consulta, aranceles, aduanas, etc. Comenzando con que es un discurso plenamente negativo, no habla de posibilidades de entendimiento ni apela en ningún momento al componente emocional, es más, habla de derecho y de cosas pasadas (la Constitución) que para muchos evoca otros tiempos no necesariamente mejores. 
El discurso independentista, más allá de llevar razón o no, de ser más o menos coherente o de estar justificado en mayor o menor medida; es claramente más atractivo para el ciudadano medio entendiendo el contexto mediatico y social en el que se desarrolla.
Es por esto que las posturas parecen alejarse más y más. Harían bien los principales partidos (PP y PSOE) en intentar revisar su manera de comunicar sus aspiraciones para tratar de arreglar el futuro. Podría hablarse de intentar construir juntos un futuro mejor de nuevo, ensalzar las relaciones de arraigo que muchos catalanes tienen con el resto del país, la voluntad de formar parte de un proyecto común, de sentirnos más fuertes entre todos, de sabernos parte de una misma historia con un gran futuro...  
Así que, como decía Aguirre, España debería 'catalanizarse' pero no sólo en intentar conocer mejor la región, sino también en su manera de comunicar y de crear un sentimiento de pertenencia productivo.  Una vez más merece la pena acercarse a la emoción en los discursos para intentar calmar unas aguas que de por sí ya bajan bastante revueltas.

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